Con los dos libros anteriores, el de la Bella y la Bestia y la Bella durmiente, también tuve mis más y mis menos. Se dejaron leer, con mucho trabajo porque me aburría según pasaban las páginas, pero no estuvo nada mal. Pero es que este me ha costado horrores leerlo. 

Bueno, todos sabemos la historia de Aladdín, aquí, el giro inesperado es que hubiera pasado si Aladdín no consigue la lámpara mágica. Y digamos que es un giro bueno y original pero, la historia no consigue atraparte (al menos en mi caso, ya sabéis), como me hubiera gustado. 

La esencia de los personajes está ahí, tenemos a Aladdín pícaro y sobrado en sus escenas habituales, ya sean robando un trozo de pan o rescatando a la princesa, y a Jasmine elegante y sabiendo actuar como princesa y no como plebeya al principio por ejemplo, cuando se mezcla con las personas del pueblo. Eso está muy bien conseguido, al igual que la ambientación en Agrabah, pero por mí, ya está. Al resto le hace falta mucha chispa, momentos intensos y que atrapen al lector dejándolo boquiabierto porque no se imagina lo que va a pasar, ya que todo es… digamos que se ve venir bastante y no es muy sorprendente. 

También ha resultado un tanto aburrido porque hay escenas que son iguales de la película, hasta diálogos exactos y leer algo que ya conoces y sabes cómo es, a mí me resulta bastante aburrido porque al no ser nuevo, no tienes el factor de sorpresa. 

No he aguantado al personaje de Jafar, y eso, que aquí toma mucho más protagonismo. A pesar de decir antes que está la esencia de los personajes principales, a la vez, me han resultado un tanto planos, porque la esencia creo que está en reconocerlos, pero a la hora de leerlos… hasta ellos mismos te aburren. 

A esta novela le falta muchísima trama, cosas nuevas que te sorprendan y, giros inesperados de verdad, tal y como dice el título. En cambio, es como si estuvieras leyendo lo que pasa en la película de verdad, y al conocer todos los hechos, no hay nada que te atrape bien.