La vida de Layla es un tanto complicada debido al sitio en el que vive junto a sus padres. Tienen toques de queda, ha tenido que salirse del instituto por su religión y, digamos, que la señalan allá por donde va por culpa de unas nuevas leyes. De la noche a la mañana, Layla y sus padres se ve arrancada de su casa, con tan solo unas pocas pertenencias que han podido recoger en muy poco tiempo. La policía los lleva muy lejos de su hogar, a un tipo de presión en el desierto. Aunque ellos no quieren llamarlo así, dicen que es un nuevo comienzo, que todos deben ayudar a ello y prosperar juntos. Pero de la boca del director del centro tan solo salen mentiras, ya que todas las personas que están allí es por ser inmigrantes, o por su tipo de religión. Y no se conformarán con estar allí como borregos recibiendo órdenes, poco a poco va creciendo una rebelión entre esas rejas, pero, ¿a cambio de qué precio? 

Como bien he dicho antes, considero que esta es una novela un tanto dura de leer por cómo tratan a los personajes y, por ciertas acciones que hay con ellos. Pero creo que es algo que sabes antes de sumergirte en esta lectura, por lo que a mí poco me sorprendió, además, es bastante lógico debido a los acontecimientos. Creo que es una lectura bastante realista en la época que estamos y, además, con cierto presidente. Creo que todos hemos visto esas imágenes de niños pequeños, llorando entre rejas y sin sus padres porque ellos están en otros sitios apartados. Gente que no tienen de culpa de nada, solo de creer en una cosa u otra o por su color de piel. Por lo que creo, que esta novela no se aleja mucho de la realidad. Como bien dice la autora en una nota al final, no ha sucedido, pero a este paso, tampoco se ve muy lejos de que pueda ocurrir. Aunque esperemos que no se llegue a ese punto. La autora ha sabido bastante bien tratar este tema, hacerlo real y manifestarse con este libro. 

Es una lectura ágil de leer, con buen ritmo y una buena narración por parte de la autora para sumergirte en sus páginas. Puedes engancharte fácilmente a la lectura, como me pasó a mí y, sin darme cuenta, me puse a leer un ratito y casi me leí doscientas páginas del tirón y terminé el libro. 

Nuestra protagonista Layla, es una chica fuerte y decidida, digamos que toma más responsabilidad de la que debería y que actúa muchas veces antes de pensar. Por lo que también confronta con las consecuencias que ello tiene y, a veces, le sale demasiado caro. La han alejado de su casa, de su novio, le han arrebatado todo lo que tiene de un segundo a otro y no piensa quedarse con los brazos cruzados. Y yo lo veo lógico, yo también lo haría, ¿cómo vas a quedarte tan tranquila mientras te quitan toda tu vida y te encarcelan sin haber hecho absolutamente nada?

Hay otros personajes que me han gustado mucho, como cierto guardia que no quiero hablar más de él, porque creo que es mejor que lo conozcáis de primera mano vosotros. Pero sí tengo que decir que me ha dado mucho de pensar a lo largo de todo el libro. También está David, el novio de Layla, que lucha junto a ella todo lo que puede y le permiten. Los padres de Layla, que a los pobres no sé cómo no le dan más de un infarto y dos a lo largo de toda la novela y, también, hay otra chica que aparece por ahí, haciéndose amiga de la protagonista junto a varios chicos más, pero que también tendréis que averiguarlo vosotros. 

Internamiento creo que es una novela que merece la pena, tratando un tema que por desgracia es muy duro y real. Con una protagonista fuerte y real que hará todo lo posible para salir de esa situación.