Amelie se acaba de mudar a una ciudad nueva debido al trabajo de su padre, deja toda una vida atrás y no sabe muy bien cómo enfrentarse a esta nueva situación, ya que es muy tímida y le cuesta hacer amigos. Pero en el primer día de clases, tras ir a un par de ellas, se encuentra con Reese, un chico muy guapo y simpático que decide acompañarla hasta su casa. 

Poco a poco, su relación va cada vez a más y antes de que ella se dé cuenta, son una pareja. Pero, a medida que está con él, Amelie se percata de que hay cosas que no terminan de encajar, gestos, cosas que dice… hay una alarma sonando en su cabeza ante esos hechos, pero… la ignora. Y, desgraciadamente, está ya en una relación tóxica de la que no puede salir. 

El mismo título te lo dice, Amelie decide recordar todos los lugares en los que Reese le hizo daño y le hizo llorar. Y, justo por ese motivo, nos encontramos con una novela narrada de una forma muy curiosa. Nos adentramos muy bien en su cabeza, ya que la historia comienza en presente, donde ella se da cuenta de todo lo que le ha pasado, pero las escenas del pasado, la narra en ese tiempo, y con una separación muy clara para la historia. La edición en eso está muy bien hecha, porque sabes perfectamente qué momentos estás leyendo y por donde va a ir la historia. 

Supongo que sí estáis leyendo esto ya, intuís que es una novela donde claramente se trata una relación tóxica, por lo que os diré que quizás no os pueda resultar fácil de leer a ciertas personas. Hay momentos en los que se puede hacer verdaderamente duro de leer y, escenas que no son nada fáciles. Por lo que si crees que estás pasando por esto o ya lo has pasado, busca ayuda y ten precaución a leer este libro. 

Creo que este tipo de novelas son muy, pero que muy importantes. Primero por la visibilidad del mismo, y segundo porque pueden ayudar a personas que están pasando por eso u otras que conozcan a alguien que esté pasando por ello. Y es un tema muy delicado para leer, pero verlo desde dentro es… muy distinto. 

He de decir que este libro se lee solo. Sí, sí, tú lo dejas a tu lado y el libro se ha abierto solito, y de un momento a otro se han pasado cien páginas como quién no quiere la cosa y en día y medio ya vas por la mitad o más. De verdad, se lee a una velocidad increíble y eso ha hecho que disfrute mucho de la historia. No podía dejar de leer en ningún momento y eso ha sido un punto muy a favor para la novela. 

Y bueno, toca hablar de los personajes. Amelie… es una chica tímida, que está en una situación algo complicada porque es nueva en el lugar y no conoce a nadie. Y, si a eso le sumamos que la pobre se junta con un verdadero gilip… Ogh, de verdad, es que cada vez que leía a Reese me ponía negra, y si en las primeras páginas ya me enfadaba, leerle cerca del final… iba a explotar. Lógicamente, no le he aguantado en ningún momento. Amelie tenía el cielo ganado al soportarle, me daba mucha pena leerla, porque había caído en una adicción y en un bucle por él tremendamente grande. No sé qué más deciros de ella, pero… está en una situación muy complicada como para poder hablar con más profundidad. Eso sí, ha habido cierta amiga de ella que… me ha chirriado un poco, podía haber ayudado más sabiendo que el tipo no era de fiar. 

Los lugares que me han visto llorar es una novela que debería de leer todo el mundo. Es un libro que se lee en nada de tiempo, atrapándote en la primera página e imposible de soltar. Trata un tema muy importante y delicado, y quién lea esta novela, espero que se haga mejor una idea por lo que pasa la víctima y ayude si conoce a alguien en esa situación.